🇨🇳 La Civilización del Agotamiento
👋 ¡Hola! ¡Ni Hao!
Hoy vuelvo con un ensayo que, quizás les parezca llamativo, pero es esencial para entender las dinámicas detrás del “Liberation Day” y del momento de gran incertidumbre que se vive hoy en el mundo entero. Espero que te guste.
La confianza internacional se rompe, las familias colapsan, la clase media se ahoga y el sistema se hunde entre regulaciones absurdas y expectativas inalcanzables. ¿Quién es capaz de resistir a un panorama como este?
Durante décadas, Estados Unidos sostuvo su rol como líder global sin mayores sobresaltos internos. Pero hoy, mantener esa influencia ya no es inocuo. Ahora duele. Duele en el bolsillo, duele en lo político, y duele en lo moral. Porque ya no alcanza para todo. Y cuando ya no alcanza, hay que empezar a priorizar.
Al mismo tiempo, sus alianzas internacionales están resquebrajadas. Las decisiones que ha tomado en los últimos años, independientemente de que se las comparta o no, han dejado cicatrices profundas entre sus socios históricos. Los canadienses, por ejemplo, están tremendamente dolidos con la actitud tomada por Trump. La confianza se está dinamitando a tal punto que parecería haberse pasado el punto de no retorno.
Mientras tanto, del otro lado del tablero, la alianza entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte se fortalece. Y se fortalece en silencio, con paciencia. Un poco como decían los talibanes: los americanos pueden tener los relojes, pero ellos tienen el tiempo. Porque en Estados Unidos se vive demasiado cómodo. Demasiado café con leche en Starbucks, demasiados bailecitos de TikTok. Mientras tanto, caen a mínimos históricos los números de personas que se alistan para servir al país militarmente.
¡Pero claro, muchacho! ¿Quién va a querer dejar la vida con lo que duele rasparse las rodillas?
No hay como Estados Unidos en materia de confort si tenes ingresos fuertes. Pero eso quiere decir que tenes lo que perder. El valor relativo de la vida de sus ciudadanos para Rusia no es el mismo que para Estados Unidos. Y cuando estás dispuesto a perder todo, incluso la vida, tus probabilidades de ganar aumentan.
La situación es aún más preocupante si miramos hacia adentro. Las divisiones internas de Estados Unidos parecen irreconciliables. Como si estuviéramos volviendo a una lógica de “dos países en uno”, al estilo Corea del Norte y del Sur o la Alemania dividida.
Dos sistemas de valores, dos visiones del mundo, dos formas de entender la libertad, la justicia y el futuro. Y cuando la pelea interna pesa más que la amenaza externa, todo se desmorona. Como decía el Martín Fierro, “los hermanos sean unidos porque es esa la ley primera, porque si no los devoran los de afuera”.
En el centro de las divisiones: la vida en Estados Unidos se ha tornado prácticamente insostenible desde el punto de vista económico para la amplia mayoría. ¡Y ojo que esto no lo dice Fidel Castro! ¡Lo dice un pope de las finanzas como Scott Besent!